Los Colores del cielo, Amita Trasi

Los colores del cielo, Amita Trasi

Harper Collins /  14-06- 2019  /     352 Páginas

18.91 €  

Hay historias que te dejan tan impactada que cuesta mucho hacer la reseña. Este es uno de esos casos.

La novela se desarrolla entre India de 1986 y 1993. Va navegando entre esas dos épocas, viviendo junto a Tara la época actual y con Mukta la antigua.

En 1986 Mukta es una niña de apenas diez años, pertenece a la casta de Yellamma y eso significa que, a su edad, debe entregarse a la deidad. En un primer momento no entendí muy bien a que se refería con eso de “entregarse” pero pronto comprendí que la tradición implantada en los pueblos más desfavorecidos pasa por prostituir a las niñas desde muy tierna edad. Un acto tan horroroso y miserable lo enmascaran en tradición, es más, son las propias mujeres las peores. En este caso es la propia abuela de la niña la que, en contra de su madre, obliga a entregar a Mukta al templo.

En contrapunto con estas horribles tradiciones un hombre en Bombay se dedicaba, en la medida de sus posibilidades, de sacar a niños y niñas de la calle y encontrarles un hogar. Es por ello que en un intento desesperado de librarla de ese horrible destino la niña es llevada con este hombre que la acoge en su casa y pronto la niña se hace amiga de Tara, su hija.

Sorprende la bondad de este personaje entre tanta delincuencia y maltrato, sobre todo hacia los más inocentes. Pero a pesar de que la acoge en su casa, Mukta, por ser de un “rango” inferior al de la familia no acude a la escuela con Tara y se dedica a las tareas del hogar. Es decir, la familia la acoge, pero termina siendo una criada. A pesar de ello las dos niñas se hacen muy amigas.

Todo cambia once años después cuando Mukta es secuestrada de esa casa. Empiezan años de auténtico horror para la niña que vivirá situaciones que no debería vivir nadie, menos un ser inocente.

Muchos años después Tara, que tras el secuestro de su amiga se fue a vivir a Estados Unidos con su padre, regresa con el fin de encontrar a su amiga de la infancia. Resolver dudas, buscar absolución y acabar con su sentimiento de culpabilidad.

Los colores del cielo nos enseñan lo peor de India sin duda, pero también esos pequeños pozos de solidaridad, esos rayos de sol entre tanta delincuencia, dolor y abuso. Esa gente que, desinteresadamente, dan su vida para lograr un pequeño cambio en su pueblo, en la ciudad y quizás en el país. Un pequeño paso hacia la mejora de los derechos humanos.

Leer Los colores del cielo no ha sido nada fácil. Te das cuenta de que la simple suerte cambia tu destino. ¿Qué diferente hubiera sido nuestra vida si en vez de nacer mujer en España lo hubiéramos hecho en India? Y allí, ¿si hubiéramos nacido en un barrio pobre en vez de en un rico? Nuestra sentencia hubiera estado firmada desde nuestra llegada al mundo. Leer este tipo de historias nos pone los pies en la tierra, nos hace darnos cuenta lo afortunados que somos y que muchas veces, demasiadas, nos quejamos por tonterías sin pesar ni por un segundo lo que sufren otras personas en otras partes del mundo.

Sé que hay mucha gente a la que no le gusta leer historias tan duras, pero, como siempre, recomiendo su lectura. Creo que, de vez en cuando, es bueno ser consciente de los horrores y en este caso de las terribles tradiciones que aún hoy en día se siguen apoyando en partes del mundo.

Los colores del cielo es una novela cruda y muy dolorosa. La historia de dos amigas Mukta y Tara que nacieron ya sentenciadas con un destino muy diferente pero que, aun así, decidieron ligar sus vidas para siempre con su amistad.

Es una novela que tanto por su contenido como por la forma de la autora de trasladarla mantiene al lector pegado hasta conocer el final, deseando que sea feliz, aunque sea una utopía. Como digo, me ha gustado mucho el estilo de la autora, una mujer que, aunque deja claro que la historia es ficticia, está basada en las historias reales de miles de niñas víctimas del tráfico de personas.