La niña que miraba los trenes partir, Ruperto Long
Suma de letras / 04 /2019 / 448 Páginas
17.90 €
No sabía con qué
novela regresar tras el parón del verano, pero finalmente me he decidido por
esta, La niña que miraba los trenes partir.
La historia tiene
muchos personajes, pero, sin duda, el principal es Charlotte. Buena parte de la
misma gira en torno a esta niña de ocho años, en aquellos que la conocieron,
que se cruzaron en su camino, que la recuerdan…
Charlotte es
apenas una niña cuando ella y su familia se ven obligados a huir de Bélgica
ante la llegada de los nazis. En un principio no entiende nada, sólo es
consciente del nerviosismo que reina a su alrededor, de que sus padres han
dejado de sonreír. Han tenido que dejar sus juguetes, sus amigos, su vida atrás…
La huida de esta
familia se va intercalando con testimonios y vivencias de otras personas. De
jóvenes estudiantes judíos que deciden regresar a casa en estos terribles
momentos, que en vez de huir y ponerse a salvo van directamente al peligro con
tal de estar con sus familiares. De comerciantes que ven como los alemanes
ocupan todo y dan órdenes sin sentido como por ejemplo prohibir la entrada a
los judíos a sus comercios.
Todos conocemos
la historia de la Segunda Guerra Mundial, en mi caso siento fascinación por
leer cualquier novela que salga sobre la época y no por ello dejo de sobrecogerme
con cada historia leída. El horror al que sometieron a personas inocentes no
tendrá explicación ni perdón jamás.
Como digo, la
historia de Charlotte se mezcla con la de otras personas. Con la de su tío
Alter obligado a trabajar en uno de los guetos mandados a construir por Hitler
y donde están confinados cientos de judíos. Alter lucha continuamente entre
contar lo que sabe o mantener a su gente en la ignorancia ante su terrible
futuro.
La investigación
llevada a cabo por el autor es exquisita y se nota en cada página. Tuvo que ser
horroroso conocer de primera mano de los protagonistas todo aquello por lo que
tuvieron que pasar. Para huir, para proteger a sus familias, el dolor, el
desconcierto, la humillación…todo aquello a lo que fueron sometidos
injustamente. Pero lo cierto es que la novela también nos habla de la valentía
de muchos ciudadanos de a pie. De aquellos simples trabajadores, familias
humildes que escondían en sus casas a perseguidos por los nazis. De cómo eran
capaces de olvidarse de su propia seguridad y arriesgaban sus vidas para
detener, aunque fuera un poco, tamaña injusticia.
También me ha
gustado descubrir una parte de la historia que para mí era desconocida. Y es
aquella que cuentan las decenas de jóvenes de países latinoamericanos que se
unieron de forma voluntaria a las fuerzas de la Francia libre, que viajaron
desde sus países para librar una guerra que no era suya, para parar el avance
de los nazis.
En la novela se
narra extensamente las peripecias de la Legión extranjera en el norte de África
para impedir el avance de los ejércitos. Sobrecoge la fuerza y las ganas de
luchar de unos jóvenes que lo tienen todo en contra.
Ya se imaginarán
como de dura es La niña que miraba los trenes partir. Una historia donde se dan
cita lo mejor y lo peor de la humanidad. Donde el odio, la traición y la
monstruosidad se codean con la solidaridad, el amor y la supervivencia.
La niña que
miraba los trenes partir es el testimonio de aquellos que fueron
protagonistas de aquella funesta época de alguna u otra manera. De una niña que
tuvo que crecer demasiado pronto, que vio su vida destruida y que, sin ser
consciente todavía, conoció la peor cara del ser humano.
Sin duda una
novela que merece ser leída. Long ha logrado convertir todos esos testimonios
reales en una novela de ficción cargada de sentimientos.
Es la segunda reseña que me topo hoy de este libro. Tiene muy buena pinta, pero los libros de la 2WW me llaman y me dan pereza a partes iguales jajaja así que no sé si terminaré dándole una oportunidad.
ResponderEliminarOhh madre mía, tiene todos los elementos necesarios para que me guste. No conocía el libro. NO me suena haberlo visto pero desde luego, buena pinta tiene. No me importaría echarle un ojo. Besos
ResponderEliminarNo me importaría nada leerla.. Sólo la he visto una única vez y me captó la portada, ahí se quedo. Ahora ya me pita más.
ResponderEliminarBesos.