25 de septiembre de 2016

Razones para seguir viviendo, Matt Haig




A los veinticuatro años, el mundo de Matt Haig se derrumbó. No encontraba razones para seguir viviendo. Ésta es la historia real de cómo superó su depresión, triunfó sobre la enfermedad y aprendió a vivir otra vez gracias a los libros y la escritura. 
Seix Barral       /       221 Pág.         /          16.50€


Hace muchos años, antes de conoces la romántica, sólo leía libros de este tipo. Testimonios, novelas más espirituales y psicológicas y lo cierto es que me encantaban, aprendía mucho sobre ellas.  Todo esto viene porque antes de verano se publicó esta novela, Razones para seguir viviendo, me llamó muchísimo la atención. 
La novela trata sobre la Depresión. Estoy segura que todos conocemos a alguien que la ha sufrido y quizás no hemos sabido reaccionar como deberíamos. 
Matt Haig es el autor y protagonista de esta historia. Estando de vacaciones en Ibiza, y de un día para otro, comenzó a sentirse mal. Se sentía abatido, sin fuerzas, no tenía ganas de levantarse ni de salir a la calle. La cosa fue empeorando, ni él ni sus familiares sabían que le ocurría hasta que lo llevaron al médico. Poco después regresó a ciudad, Londres, y comenzó el calvario. 
"Por qué la depresión es difícil de entender. Es invisible. No es sentirse un poco triste".
A lo largo de la historia Matt nos va llevando por las distintas fases de la depresión. Caer, aquella en la que siente que su mundo se desmorona, no tiene fuerzas para nada y desea intensamente morir. En esta etapa el autor nos muestra no solo sus síntomas, también nos habla de datos, de la cantidad de gente que se suicida en el mundo a causa de la depresión. De las pastillas que los psiquiatras recetan sin más, que alivian pero no ayudan a salir del pozo con claridad. 
Tras esta etapa tan negra vendrán otras: Aterrizar, Levantarse, Vivir y finalmente Ser. Razones para seguir viviendo relata de forma cruda pero real lo terrible que es pasar por una depresión. Encima la de Matt venía ligada a ataques de pánico por lo que él y su familia pasaron por años muy duros. 
Quizás lo más interesante y lo que me llevo de esta historia es como se trata desde "afuera" a la depresión. El autor comenta como se comporta la gente ante un cáncer, una operación importante o una enfermedad grave, pero a la depresión no se le da la más mínima importancia. Como con un "sal y te distraes", "tienes que seguir adelante" o "ve de viaje" la gente da por zanjado el asunto. No entiende, no entendemos, que las personas que padecen una depresión están enfermas realmente. Así como que una persona sonría y muestre una aparente felicidad puede esconder una terrible depresión por dentro. 
"Uno puede ser depresivo y estar contento, de la misma manera que se puede ser alcohólico y estar sobrio" 
Podría contaros muchas cosas más pero creo que, si estáis interesados, lo mejor es que os leais el libro. Tanto si alguna vez habéis pasado por ello como si tenéis a alguien cercano Haigh, con su testimonio, ayuda no sólo a intentar salir del pozo, da con lo que para él fue la clave para ver la luz y como el propio título dice, encontró las razones para seguir viviendo. Para huir del demonio que estaba constantemente tras él incitándolo a acabar con todo. 



10 de septiembre de 2016

Sin mirar atrás, Mercedes Guerrero

¡Bienvenido Septiembre!

Si, le doy la bienvenida al nuevo mes un poco a destiempo, parece que este año no soy capaz de hacer nada a derechas. Es obvio que el ritmo del blog ha bajado, pero lo más alarmante es que no recuerdo un año en el que haya leído tan poco como en este. Me he ido de vacaciones más de dos meses sin decir ni siquiera un hasta luego...

No voy a decir que con la llegada de la rutina todo cambiará, no creo que lo haga, pero si que intentaré empezar a subir todas las reseñas atrasadas y sobre todo ponerme al día con vuestros blogs. Estoy muy perdida en cuanto a novedades literarias se refiere y seguro que descubro algo interesante. 

Bueno, Septiembre trae consigo mi cumple. En mi familia no es costumbre regalarme libros, más que nada porque no sabrian cuales tengo y cuales no, teniendo en cuenta que el lugar mas cercano para comprarlos no permite devolución la cosa se complica. A mi eso de decir qué libros quiero nunca me ha gustado, no tiene gracia, así que no esperaba ninguno. Pero mi chico, atento él, se dio cuenta en una de nuestras visitas al Corte Inglés que Mercedes Guerrero - autora de La mujer que llegó del mar -  había sacado nueva novela y este blog volvía a aparecer en su contraportada. Así que me sorprendió regalándomela. 

Leída menos de una semana después de mi cumple, todo un récord viendo mi ritmo de lecturas actual, os dejo con la reseña. 



Hace tiempo que Laura y Sofía llegaron a Europa huyendo de Carlos, padre de una y exmarido de la otra, y viven atemorizadas por lo que ocurriría si las encontrara. Por ello, decidieron cambiar de vida, de mundo, de identidad. Finalmente se establecieron en Salzburgo, donde Sofía se dedica al diseño de joyas y Laura trabaja en una floristería. Parece que al fin han hallado un hogar y pueden empezar a rehacer sus vidas, pero su turbulento pasado podría estar aguardando a la vuelta de la esquina...
Cuando en las montañas nevadas cercanas aparezcan los restos de Lukas Tillman, desaparecido hace casi veinticinco años, Laura y Sofía verán cómo la seguridad que tanto les había costado alcanzar puede desvanecerse como la nieve blanca bajo el sol ardiente.

Debolsillo Julio 2016       /         448Pág.              /        12.95€


La  primera novela que leí de Mercedes Guerrero fue La mujer que llegó del mar, me gustó tantísimo, la devoré tan intensamente que supe que no me perdería una historia más de la autora. Aún tengo pendiente la que publicó antes de esta - La sombra de la memoria - pero puedo decir que también la he disfrutado mucho. 
Sofía y Laura se han visto obligadas a huir de todo lo conocido y querido para ellas. Han pasado por varios países sin poder establecerse en ninguno por miedo a que Carlos, esposo y padre respectivamente, de con ellas y vuelva a hacerles daño. Ahora, por fin, han encontrado un poco de paz y tranquilidad. En Salzburgo, una ciudad de Austria, Laura ha conseguido un trabajo en una floristería, empleo que compagina dando clases en una academia de idiomas. Sofía por su parte trabaja como diseñadora para una importante firma de joyas, aunque nada de eso les impide mirar continuamente por encima del hombro y sospechar que las persiguen. 
Su apacible vida cambia cuando Laura es contratado por un estricto y atractivo empresario Alexander Meyer. La atracción entre ambos es inmediata pero los fantasmas que cada uno esconden en sus armarios, así como la oposición de la madre de él hacen muy complicada la relación. 
La novela transcurre entre esta actualidad y los hechos ocurridos  a partir de los años 80 entre La línea de la Concepción y Gibraltar. Allí es el punto de partida de todo, las consecuencias que viven Laura y Sofía están estrechamente ligadas a ese lugar . Durante estos capítulos en los que volvemos al pasado conoceremos a Carlos, un hombre sumamente ambicioso, calculador y manipulador. También conoceremos a la familia Tillman, unos millonarios que ven como la desgracia se cierne sobre su familia y veremos de primera mano la profunda desesperación por la desaparición de uno de sus miembros: Lukas, cadáver que es encontrado en la actualidad y que supondrá las primeras páginas de la novela. 
En líneas generales la novela me ha gustado bastante. Aunque tengo que reconocer que con La mujer que llegó del mar la autora dejó el listón demasiado alto, quizás mis expectativas eran exagerades. No he llegado a devorar y disfrutar tanto como con aquella pero lo cierto es que Guerrero tiene el don de engancharte a la historia, he sido incapaz de abandonarla hasta conocer hasta el último detalle. 
Los primeros momentos de la novela son un poco "liosos" ya que la autora nos presenta a demasiados personajes he historias. Pero a medida que esta va avanzando las piezas del puzzle comienzan a encajar. Hay dos historias de amor muy bonitas pero absolutamente secundarias. Tanto la de Sofía con Thom como la de Laura con Alex no aportan demasiado a la trama de la novela más allá de lo necesario para su desenlace. 
Sin mirar atrás cumple con la función que tiene la lectura, enganchar al lector de manera irremediable. Cuenta una historia muy interesante e intensa. Nos habla de las pasiones que nos llevan a cometer decisiones equivocadas, de los errores, de la ambición desmedida, del poder mal entendido, de la desesperación, el amor y el miedo. Pero como siempre el final nos deja un mensaje esperanzador, aquel en el que el destino cumple su función, la justicia hace su trabajo y las segundas oportunidades salen a flote




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