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| Edición 2009 Zeta 199 Pág. |
Muy cerca de los puentes de Madison County están esparcidas las cenizas de dos seres que se trataron durante tres días y se amaron hasta la muerte: Francesca Johnson y Robert Kindaid. El destino los unió cuando ambos habían rebasado los cuarenta. Ella era una mujer casada y con dos hijos, cuya plácida existencia se vio turbada por anhelos carentes de sentido en una sociedad cerrada a la pasión. Él fue un hombre capaz de transformar en ternura todo su poder. Así nació este amor, corto como una tarde de otoño pero tan profundo como las raíces de un árbol que hubieran cavado hondo en la tierra.
La semana pasada fue mi cumpleaños y como mi chico ya ha probado varias veces a comprarme libros y siempre los he tenido (se los ha tenido que quedar él) decidió tirar por alguno más clásico y dio en el clavo.
¿Quién no ha visto Los puentes de Madison? ¡Pues yo! Para las películas que están basadas en libros soy muy tiquismiquis y la mayoría de las veces si no he leído el libro no veré la película. Y esto me ha pasado con esta maravillosa historia, hasta que ha caído en mis manos.
De entrada me sorprendió lo corto que es, ¡apenas doscientas páginas! y eso contando una introducción del autor y unas páginas finales de aclaración.
Eso si, doscientas páginas que rebosan pasión, ternura y un amor con mayúsculas.
La historia nos traslada a Iowa un pequeño pueblo donde reside Francesca, ella dejó su Italia natal para comenzar una nueva vida con su marido George, allí tuvo a dos hijos y se convirtió en una ama de casa y granjera abnegada y tradicional. Todo cambia cuando aparece en su vida Robert Kindaid, él es un fotógrafo del Nathional Geographic que busca en el pueblo uno de los puentes cubiertos para fotografiarlo en Madison County.
La obra está dividida en varias partes, la primera es dedicada a Robert, en ella es el mismo el que nos cuenta su vida desde su más tierna infancia, sus amores, sus aspiraciones en la vida, su divorcio y que espera de la vida. Robert se presenta como un hombre bastante espiritual, alejado de la vida moderna donde todo lo que importa son las posesiones y el que dirán. Para él todo va mucho más allá, su camino por la vida es simple, sencillo pero lleno de momentos muy especiales, como la luz del atardecer, un pájaro surcando el cielo...para él todo es especial.
"Los viejos sueños eran sueños buenos; no se realizaron pero me alegro de haberlos tenido"
Tras esto entramos de lleno en la historia de ambos, su forma de conocerse es muy sencilla, tanto como que cualquier persona te pare en la calle para preguntarte una dirección. Desde el primer contacto se nota la atracción entre ellos, sobre todo por parte de Francesca.
Es una historia de amor corta, tan corta como tres días pero profundamente intensa. Creo que la mayor evolución o la mayor transformación parte de Francesca. Es una mujer activa tanto sentimental como sexualmente, una mujer inteligente y ambiciosa que ha aparcado toda su vida por un matrimonio monótono, sencillo y aburrido. La llegada de Robert le hace entender todo lo que ha anhelado esos años y sobre todo le hace sentir cosas que jamás ha sentido.
Los puentes de Madison es una historia absolutamente deliciosa, que nos habla de la pasión y el amor en la madurez. Ese dicho de "el amor llega cuando menos te lo esperas" no puede ser más real en esta novela.
Francesca y Robert sin duda viven un amor de película, profundo pero absolutamente doloroso y desgarrador, pero un amor real y que romperá barreras.
Como se ve me ha encantado sumergirme entre estas páginas. Francesca y Robert me han robado el corazón, he suspirado con su historia y se me ha puesto un nudo en la garganta con el desenlace.
Para quien no lo haya leído, mi más absoluta recomendación. Ahora me toca ver la película y comparar.
Por cierto, hay unas páginas finales donde el autor parece aclarar que la historia que ha plasmado en esta novela es real. Imagino que parte será real y parte imaginación del autor pero aún así, preciosa.
