22 de julio de 2013

Julia, Karen Robards

Esencia
Mayo 2013
416 Pág
18€





La ladronzuela Jewel Combs ha aprendido a sobrevivir en las calles de Londres y sabe que está condenada a la prostitución y a la deshonra. Pero el destino es caprichoso y quiere que su última víctima sea un caballero herido de muerte, quien, antes de fallecer, le propone matrimonio con el fin de burlarse de su familia. A Sebastian, conde de Moorland, no le hace ninguna gracia que la descarada viuda haya ido a reclamar la herencia de su primo. Sin embargo, la joven le brinda una oportunidad para reírse de la alta sociedad. Pero con lo que no contaba el conde es con que Jewel acabara convirtiéndose en Julia Stratham, una dama encantadora cuyas dotes de ladrona le robarán el corazón.


Karen Robards es una autora de las de siempre, sin embargo nunca me he llevado demasiado bien con ella en cuanto a romántica histórica se refiere. 
Novelas como El ojo del tigre o Canción de amanecer me parecieron en su momento infumables, sobre todo la última. 

Sin embargo llevo meses detrás de leer una novelas de las de antaño. De esas que desde el primer segundo sabes que te van a gustar, que los protagonistas te van a arrastrar a su mundo y en definitiva que vas a suspirar entre sus páginas. 

Así que cuando vi que Esencia publicaba Julia, una de las primeras novelas de la autora, y tras leer un argumento tan llamativo decidí arriesgarme.  Y acerté totalmente. 

Desde que conocí a Jewel lo supe. Es una chica que vive en la calle desde siempre, no tiene familia y se gana la vida robando  relojes, pertenece aún sin quererlo a una banda de ladrones, y es por ellos donde se ve envuelta en la mayor aventura de su vida. 
Queriendo robarle a un joven lord este acaba herido y antes de morir le propone a Jewel matrimonio con el fin de chafar a su familia, la última broma macabra que haría.
Así de decidida se va Jewel con su certificado de matrimonio a la mansión de los Stratham. 

La primera escena entre Sebastian y Jewel es simplemente maravillosa. Por un lado tenemos a un lord estirado, cínico, aburrido de la vida y distante, un hombre que jamás sonríe y sobre el que pesa el rumor de matar a su esposa. Y por el otro Jewel, una chica andrajosa, mal hablada, con muy malos modales, irritante, contestona...en resumen la frescura y sobre todo el reto que Sebastian necesitaba en su vida. 

Sebastian decide dar por válido el matrimonio de su primo con la ladrona de los bajos fondos de Londres. Y se propone convertirla en toda una dama, en una señorita educada que sepa comportarse entre la sociedad, convertirla en: Julia Stratham. 

La novela tiene un ritmo pausado en cuanto a la relación entre los protagonistas lo que es de agradecer. El amor entre ambos surge poco a poco aunque la admiración de Julia hacia Sebastian siempre ha estado presente por mucho que este le resultase irritante. 

Julia es una novela cargada de sentimientos, con unos protagonistas que jamás han sido amados y que ansían conocer ese sentimiento. Con un hombre muy distante y cínico ante la idea de la felicidad y la familia y con una mujer que ansía todo lo que nunca ha tenido, una mujer llena de esperanza. 

Julia me ha enamorado, desde la primera página desprende ese aroma a antaño, a las novelas que enamoraban con solo un capítulo. No se si me explico bien pero estoy segura que aquellas lectoras románticas de hace años saben a que me refiero con que es una novela de las de "antes". De las que ya no se escriben.

No es sólo una novela romántica, a parte de eso tendremos el conflicto entre Sebastian y su madre que nunca lo ha querido, el rumor sobre la muerte de la antigua esposa de este y un pequeño personaje muy traumatizado. 

Para las amantes de la novela romántica y sobre todo para las de la histórica Julia es una novela que no os debéis perder. Un soplo de aire fresco, aunque tenga mogollón de años, dentro de la romántica adulta. Y en mi caso, la reconciliación con Karen Robards. 

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