28 de enero de 2016

Sé que estás aquí, Clélie Avit

Elsa está postrada en una cama de hospital, en coma a causa de un accidente en la montaña. Thibault, que ha entrado por primera vez a su habitación por error, ahora la visita a diario y le cuenta sus cosas, pese a que todo indica que la joven está en coma profundo.¿Y Elsa? Oye todo, pero no puede responder. No puede pedir a ese joven amable que vuelva al día siguiente, no puede decirle que reconoce el sonido de su risa en el pasillo, y que ahora casi puede sentir en la mejilla el calor de su beso.Thibault no sabe que Elsa no volverá a despertar, porque en breve la desconectarán de las máquinas que la mantienen con vida. Los médicos así lo han decidido, y la familia ha aceptado. Todos piensan que es imposible que Elsa despierte. No obstante, cada vez que Thibault entra en la habitación, ella siente que se le acelera el corazón...

Ediciones B          /          332Pág.           /           18€


Thibault debe acompañar a su madre varias veces a la semana al hospital para visitar a su hermano, pero él nunca entra a verlo. Una imprudencia de este lo ha llevado hasta allí y las consecuencias impiden que Thibault pueda perdonarlo. Es por ello que, un día, buscando un lugar tranquilo donde pasar un rato Thibault termina entrando en la habitación de Elsa. 
Elsa lleva en coma cinco meses. Quedó sepultada tras una terrible avalancha de nieve mientras trabajaba en la montaña. 

La novela se divide en capítulos sobre Thibault y otros sobre Elsa. Por la parte de él conoceremos como es su vida, su última ruptura, la estrecha relación que mantiene con su mejor amigo, su esposa y su bebé así como la envidia sana que esa familia le general.  Por otro lado conoceremos más profundamente el terrible sentimiento de rencor y rechazo que tiene hacia su hermano y como esto lo está matando por dentro, no sabe expresarlo ni a su madre ni a el mismo. 
Los capítulos de Elsa por otro lado son más centrados en su estado. Elsa nos habla desde el coma, como percibe las cosas a su alrededor pero no consigue hacer que su cuerpo reaccione, salir de ese letargo que la tiene prisionera. 

Desde que Thibault entra por error en la habitación de Elsa su vida cambia. Comienza a ansiar esas visitas al hospital, esa huida silenciosa a la habitación 55. Esas horas silenciosas junto a una mujer por la que comienza a sentir cada vez más. Thibault empezará  a conocer más de su vida mediante los historiales de los médicos y las visitas de sus familiares. Hasta que se entera de la terrible noticia: tras tantos meses los médicos están valorando desconectarla. 
Para Thibault está noticia supone un shock. Tanto Elsa, en su "inconsciencia" como Thibault comienzan una carrera contrarreloj para conseguir que su cuerpo responda antes que sea demasiado tarde. 

Desde que leí el argumento de la novela supe que debía leerlo, es de esas temas que me llaman muchísimo la atención. 
La historia es muy sencilla pero compleja al mismo tiempo. Los capítulos de Elsa te transportan a la angustia, ansiedad e impotencia que siente al estar en coma. Como percibe todo a su alrededor, como  simplemente por un olor o los sonidos de unos pasos puede adivinar quién está entrando en la habitación antes de que la persona hable. Como lucha continuamente, y sin éxito, porque su cuerpo responda, para que los médicos logren verlo y cambien de opinión. Su relación con Thibault está regida por los latidos de su corazón, como este se acelera cada vez que sus sentidos le indican que ha entrado a la habitación. Elsa no sabe de días, de horas ni de estados, simplemente anhela que ese desconocido entre en su habitación y accione su cuerpo. 
Y al mismo tiempo lo que ha supuesto para Thibault conocer a Elsa se ha convertido en su vía de escape, su luz al final del túnel. Si la desconectan...¿qué será de él?

El estilo de la autora me ha gustado bastante, emplea un lenguaje sencillo pero muy cercano y su ritmo es ágil y fresco lo que permite leer la novela de una sentada. Me ha gustado sobre todo que no se centra sólo en la relación entre Thibault y Elsa, los secundarios son sumamente importantes y la historia del hermano de Thibault desgarra el corazón, incuso más que la principal. 
Por último el final es de esos que te deja con una sensación agridulce. 

En definitiva, Sé que estás aquí me ha encantado. Es una historia cargada de sentimientos y emociones. Una historia de dolor, pérdida y arrepentimiento. Pero también lo es de segundas oportunidades, de esperanzas, de amor y un nuevo futuro. 

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