12 de enero de 2015

La testigo, Nora Roberts


Hace doce años que Liz responde al nombre de AbigailLowery. Vive sola, acompañada por su perro guardián en una casa a las afueras de un pueblo en Arkansas, permanentemente en alerta. Si la encuentran, esta vez estará preparada.En una pequeña población donde todos sus habitantes se conocen, las personas reservadas y celosas de su intimidad suelen levantar muchas sospechas, sobre todo si van armadas incluso cuando hacen la compra. Esta actitud de Abigail despertará la desconfianza del apuesto jefe de policía de la zona, que pronto quedará fascinado por su carácter indómito y por la vulnerabilidad que cree entrever en sus ojos.Cuando la presencia del atractivo agente comience a ser difícil de eludir, Abigail deberá tomar una decisión: huir de allí o enfrentarse de una vez a los Volkov, la familia rusa que años atrás puso precio a su cabeza.

Debolsillo Enero 2015     /     512Páginas       /         9.95€




No ha sido la primera lectura del año - es la tercera - pero la anterior ha sido tan decepcionante que no tenía ganas de estrenar las reseñas del 2015 con una negativa. 

Mi relación con Nora Roberts ya tiene unos años. Años en los que me he enamorado de sus historias y en los que he sentido profundas decepciones. Aunque si hay algo que siempre he tenido claro es que Roberts es una apuesta segura, hasta sus novelas más flojas son buenísimas al lado de otras autoras (con todos mis respetos).
Tengo debilidad por sus novelas únicas y desde que salió La testigo he querido leerla, sin embargo me ha sido imposible. Este mes Debolsillo la ha sacado así qué por fin me he animado con ella. 

La testigo comienza cuando Elizabeth tiene dieciséis años. Su madre, una neurocirujana muy prestigiosa, planifica su vida y su futuro con mano de hierro. No sabe lo que es tener amigos ni ha conocido el primer amor, la relación entre su madre y ella es nula, lo único que se espera de Elizabeth es que cumpla los objetivos marcados desde incluso antes de su nacimiento. 
Pero todo cambia una noche, Elizabeth decide saltarse las normas, vivir. Se adentra por primera vez en un centro comercial, se cambia el color de pelo y decide que ahora se llamará Liz. Elizabeth ha muerto para siempre para dejar paso a una joven dispuesta a tomar las riendas de su propia vida. 
Lo que no esperaba con sus actos es cambiar su vida para siempre. Esa misma noche ocurrirá algo que la obligará a esconderse durante más de doce años.

Ahora se llama Abigail. Ha construido su vida en un pequeño pueblo, su casa está a las afueras del mismo y no se relaciona con nadie. Su única compañía es su perro y las decenas de cámaras que tiene por todo el terreno que abarca su propiedad. 

Brooks, ha sido recientemente nombrado jefe de policía del pueblo. Cumple diligentemente con sus funciones y considera que dentro de estas es conocer a la misteriosa mujer que vive sola en la colina y que lleva siempre encima una pistola. 
Es así como poco a poco Brooks se irá metiendo no sólo en la vida de Abigail sino también en su corazón. 

La historia es maravillosa de principio a fin. Cuando es apenas una adolescente los sentimientos que transmite Liz son de ternura y protección. Su madre jamás la ha querido y ella se sienta más como un proyecto que llevar a cabo que como una hija deseada. Lo que más impresiona es la inmensa inteligencia que posee. 
Tras los doce años de huida y cambios en su vida ese deseo de protección sigue aflorando. Con Brooks comienza a darse cuenta de todo aquello que se ha perdido en la vida, de todos los momentos no vividos. Ni siquiera sabe como comportarse con él, ante esos sentimientos. Abigail es una mujer pragmática y directa, pronto se dará cuenta que el amor no es nada de eso, es impredecible, apasionado...
Lucha incesantemente contra sus sentimientos: estar sola o compartir sus secretos y su corazón con alguien más. 

La novela es compleja y llena de sentimientos. Buena parte de ella se centrará en el horror del que fue testigo doce años atrás y por el que está en busca por la mafia rusa. El romance cobrará muchísima importancia más adelante para, una vez afianzado, resolver los problemas de Abigail/Liz como un equipo. 

Como secundarios desde luego cabe destacar a la familia de Brooks, ternura, amor y amistad a raudales que hará el deseo de Abigail por permanecer distante muchísimo más difícil. 

La Testigo es una novela dura pero maravillosa. La historia de una niña marcada por el desamor, una adolescente marcada por el horror y una mujer fuerte y luchadora que hará hasta lo imposible por acabar con quien una vez le hicieron tanto daño. 
Una relación de amor pausada y basada en la confianza y el respeto. En la demostración más que en las palabras y sobre todo en los sentimientos de lealtad, amistad y amor profundo. 

Como siempre Roberts despliega todo su arsenal en las novelas únicas. La testigo ha sido una de sus mejores historias en los últimos años. Una delicia que nadie se debería perder. 


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