12 de noviembre de 2014

No hay cuervos, John Hart



Con trece años, Johnny Merrimon tiene que enfrentarse a situaciones que ningún chico de su edad debería afrontar. En el año transcurrido desde la desaparición de su hermana melliza, Alyssa, su mundo se ha venido abajo: su padre les ha dejado y su frágil madre se encuentra inmersa en una espiral de autodestrucción. Pero Johnny se mantiene fuerte. Provisto de un mapa, una bicicleta y una linterna, acecha a todo hombre fichado por abusos en el Condado de Raven. La policía puede que haya renunciado a encontrar a Alyssa, pero él nunca lo hará. Alguien, en algún lugar, sabe algo y lo está ocultando... 


Se ha cumplido un año de la desaparición de su melliza Alyssa y la policía no ha encontrado al culpable. Para Johnny, un chico de trece años, eso es algo que no le deja dormir, tiene la certeza que su hermana está viva, que alguien la retiene y que la policía ha dejado de buscar. 
Es por ello que cada noche sale a vigilar. Tiene un mapa marcado con casas sospechosas y una libreta en la que está toda la información sobre posibles culpables. 
En casa nadie lo espera. Su padre roto por el dolor y la culpabilidad los ha abandonado y su madre se ha sumergido en una espiral de pastillas, drogas y malas compañías: Johnny está solo. 

En un principio es difícil hacerse a la idea de que un niño de trece años conduzca, vague sólo por las noches y se meta en tantísimos peligros sin que nadie le pare los pies. Pero Johnny es un chico con una meta: encontrar a su hermana y no está dispuesto a que nadie se lo impida. 
Desde el principio de la historia nos daremos cuenta que Johnny es sumamente espabilado e inteligente. Descubre cosas que a la policía se le escapan totalmente y es el responsable de que finalmente se sepa la verdad.  Tiene una madurez nada propia de su edad. 

El pueblo ha estado conmocionado desde la desaparición de Alyssa pero se sobrecoge aún más cuando desaparece otra niña: Tiffany.es ahí cuando la obsesión de nuestro protagonista aumenta, está seguro que si encuentra a Tiffany dará con su hermana. 

Johnny no está sólo en su búsqueda. Clyde Hunt inspector de policía no ha abandonado el caso. Un caso que lo ha obsesionado hasta el punto de perder a su propia familia. Está decidido a encontrar a Alyssa e intentar restablecer la vida de Johnny aunque eso suponga saltarse las normas y destruir su carrera profesional. 

A pesar de las más de cuatrocientas páginas que contiene la novela es una historia tan adictiva que se lee de una sentada. El autor ha creado una atmósfera llena de misterios y giros en la trama que mantiene al lector pegado a sus páginas anhelante por saber qué pasará a continuación. 
Todos los personajes, todos y cada uno de ellos tienen algo que contar, esconden algo. A medida que avanza la novela y se van descubriendo los secretos esta se vuelve mucho más peligroso sobre todo para Johnny que una y otra vez se pone en el ojo del huracán. 

No hay cuervos es una novela absorbente y vertiginosa que nos habla del dolor de la pérdida, de la obsesión y de la resolución de un niño de trece años por encontrar a su otra mitad. Una historia desgarradora que en más de una ocasión os hará estremeceros. 

Si os gustan las novelas de misterio, giros complejos y desenlace asombroso no os perdáis la novela. A mi sólo me queda desear que se publiquen más novelas del autor, he investigado en su web y son sumamente interesantes. 


13/10/2014   Pámies      /       444Pág.        /       19.95€  

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