10 de noviembre de 2014

Se prohíbe mantener afectos desmedidos en la puerta de la pensión, Mamen Sánchez



De nuevo, se trata de una novela coral, pero protagonizada por una mujer que no tiene más remedio que:´

a) Reconstruirse casi desde cero después de un divorcio demoledor.
b) Reformar la casa de sus abuelos, un chalecito en bastante mal estado en la ribera del Manzanares.
c) Buscar huéspedes, no porque necesite el dinero, que también,
sino, sobre todo, porque es la mejor manera que se le ocurre para evitar tener que vivir sola.

Pero como a pesar de todo es una mujer sensata, decide imponerse
e imponer unas reglas que, partiendo de la amarga experiencia, faciliten la convivencia. Por ejemplo:

• SE PROHÍBE AFLIGIRSE POR CAUSAS AJENAS AL SENTIDO COMÚN.
• SE PROHÍBE MOSTRAR COMPASIÓN HACIA QUIEN NO LA DESEA.

El que ella y sus huéspedes sean capaces o tengan ganas de cumplirlas ya será otro cantar...


Últimamente a los autores les ha dado por los títulos largos y estrafalarios y lo cierto es que sirven para captar la atención del lector, al menos en mi caso. Es ver uno y querer leer la novela de inmediato. 
Mamen Sánchez tiene varias novelas publicadas - Gafas de sol para días de lluvia, La felicidad de un té contigo - esta es la primera que leo. Tras su lectura entiendo perfectamente las buenísimas reseñas que he leído hasta el momento sobre sus libros. 

Cecilia Dueñas es la protagonista de la novela. Está pasando por un muy mal momento: su marido la ha dejado por una mujer más joven. De pronto se ve con cuarenta años, sin hijos y sola. 
Decide entonces mudarse a la gran casa a orillas del Manzanares propiedad de sus abuelos hasta que estos murieron y de la que ahora ella es dueña. Perdida en tal inmensidad se le ocurre la idea de convertirla en una pensión. 

"Se prohíbe desentenderse de la desdicha ajena"

Comienza entonces el caos. Las obras de las que se hará cargo Andrés un hombre huraño y desconfiado. Justice, un inmigrante ilegal al que encuentran ocupando la casa y del que Cecilia rápidamente se hace cargo con la firme determinación de cambiarle la vida. 
Las tres inquilinas que ocuparan la pensión: Catalina, Noelia e Ivanna, tres estudiantes de la Complutense con vidas muy diferentes. 

La novela es una continua toma de decisiones. La vida de Cecilia cambia en un segundo pero se enfrenta a ello con determinación y valentía, pasando por supuesto por los momentos de bajón normales. No es difícil sentir empatia hacia ella y su situación. Cecilia es una mujer buena, honesta y confiada que sólo espera hacer el bien y vivir tranquila. 

Aunque en un primer momento la novela me resultó sencilla y simple lo cierto es que tras esos momentos ingeniosos y escenas sencillas se esconde una novela compleja. Las decisiones de Cecilia abren viejas heridas, secretos de familia a los que debe hacer frente. 
De igual modo las tres inquilinas no sólo aportaran juventud y alegría, también muchísimos problemas y vidas duras. Una chica de familia bien a la que sus padres ignoran. Otra que desde muy joven ha tenido que labrarse su futuro con profesiones poco recomendables. Otra mentirosa compulsiva  que no soporta la felicidad de los que tiene a su alrededor. 

El principio de cada capítulo está coronado con las normas de la pensión en las que se pueden leer cosas como: "Se prohíbe meter el dedo en la llaga" Desde luego dan ganas de ponerlas en un tablón y colgarlo en la puerta de nuestra casa. 

Se prohíbe mantener afectos desmedidos en la puerta de la pensión es una novela que nos habla de problemas habituales como la inmigración ilegal, los embarazos en adolescentes, divorcios, accidentes, secretos familiares...de una forma sencilla y tierna. Con una protagonista noble y luchadora  demasiado ingenua, soñadora y confiada pero con tanta determinación y fe en el mundo que es imposible no contagiarse de sus buenas vibraciones. 
En definitiva una novela plagada de sentimientos. 



Espasa,  14/10/2014       /         304Pág.      /     19.90 €

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