20 de mayo de 2014

El amor es un bocado de nata, Elisabetta Flumeri y Gabriella Giacometti



Si hay algo que da felicidad a Margherita, aun en los días más tristes, es cocinar. Incluso ahora que ha tomado la dolorosa decisión de abandonar a su infiel marido, y coger su maleta, a su perro y a sus dos gatos para volver a Roccafitta, el pueblo de sus padres en la Toscana. Allí, entre las colinas, Margherita sueña con reabrir el restaurante de su madre, un lugar maravilloso, como los platos que ella inventaba.
Pero incluso en ese rincón del paraíso algo está cambiando… un hombre ha llegado al pueblo con la intención de comprar los viñedos de los campesinos para producir vino industrial y ganar dinero a manos llenas. Se llama Nicola Ravelli y es un empresario arrogante del que nadie en el pueblo puede dejar de hablar… sobre todo las mujeres. Un engreído fascinante e insoportable. Pero ¿pudiera ser que Nicola no fuera así de insoportable ni malintencionado?

Margherita abandona la ciudad tras enterarse de la infidelidad de su marido. Junto a sus animales regresa a  Roccafitta el pueblo de la Toscana en el que se crió y donde aún vive su padre. El regreso supone para ella afrontar el fracaso de su matrimonio y de su vida en general pero una nueva ilusión comienza a abrirse paso en su vida: abrir el restaurante que fue de su madre y poder, de esta manera, dedicarse a su pasión, la cocina. 

El amor es un bocado de nata es una de esas novelas que comienzas sin esperar nada de ellas y cuando te das cuenta estás absolutamente atrapada. La historia es muy sencilla pero el marco en el que está ambientada es incoparable, la Toscana dota de cierta magia a la historia así como la cocina a la que se dedica en cuerpo y alma Margherita. La autora es muy detallista con la pasión culinaria de la protagonista y eso ayuda al lector para sentirse transportado incluso a la cocina. 

Fuera de dicha pasión la historia tiene muchos más ingredientes. Conoceremos al protagonista Nicola Ravelli así como su insistencia en comprar los viñedos del pueblo para fabricar vino comercial. Su relación con Margherita es un continuo tira y afloja llena de momentos tensos, guerras dialécticas y una pasión que nace entre fogones. 
La relación de Margherita con los habitantes del pueblo y sobre todo los problemas con su  padre serán parte importante de la historia. 

El amor es un bocado de nata es una historia deliciosa. Sencilla, tierna, divertida e ingeniosa que, creo, enamorará sin esperarlo a los lectores afín del género. Una novela cargada de sensualidad, pasión y segundas oportunidades. 
A mi me ha dejado con ganas de más. 



Suma de letras, 05/02/2014      /       327Pág        /         17.50€

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