1 de noviembre de 2013

El chico de al lado, Meg Cabot




Eh...hola. ¿Alguien sabe algo de mi nuevo vecino? ¿El alto y guapo que vino a ayudarme cuando no tenía más remedio que ocuparme de Paco, el gran danés de mi vecina en coma, la señora Friedlander? Estoy agradecida.
Me refiero a que si Max, el sobrino, no hubiera aparecido para hacerse cargo de sacar
a pasear al perro, quizá me hubieran despedido por llegar tarde cada día a mi trabajo como columnista de sociedad del New York Journal. Pero se supone que Max Friedlander es un fotógrafo mujeriego y ¿desde cuando un mujeriego es un sobrino tan devoto, tan dispuesto a demostrar que el accidente de su tía fue consecuencia de un acto delictivo? Y si realmente se llama Max, ¿por qué quiere que lo llame John? ¿cómo se que realmente se trata de Max Friedlander y que no le he dado las llaves de la señora F al tipo equivocado? Lo que si se es que es divertido, cariñoso y guapísimo, con esos ojos...ya sabéis, los de color avellana que hacen que te tiemblen las piernas y se te pare el corazón. Me parece que me he enamorado. O que tengo un problema. O las dos cosas.


Esta novela me la prestó Isa de Copiando libros. Me apetecía leerlo por aquello que está narrada al completo en forma de correos electrónicos y ya sabéis cuando me gusta eso (con Glattauer me enamoré). 

El argumento ya dice bastante de la historia, por no decir que lo cuenta absolutamente todo. Un día Mel se encuentra con que han atacado a su anciana vecina y ha quedado en coma por lo que ella tiene que ocuparse de su perro Paco y sus dos gatos. Pero pronto aparece en escena el único pariente de la vecina, su sobrino Max. Un sobrino que tiene muchos secretos...

Como he dicho toda la historia transcurre entre emails, entre Mel y su mejor amiga así como otros trabajadores del New York Journal, departamento de recursos humanos para amonestarla por su impuntualidad e incluso su propio jefe. 
La historia entre Max y Mel no la conoceremos de primera mano, pero si por los cotilleos de Mel y Max-John a sus respectivos amigos y familiares.

El chico de al lado es una novela bastante simple, no hay nada demasiado destacable, desde el minuto uno se sabe que va a pasar y como va a pasar. 
El tema de los correos es interesante pero no ha sido lo que me esperaba, para mí gusto son demasiado superficiales y aunque entretenidos no han logrado que me metiera en la historia. No profundiza en sentimientos, no conocemos a fondo a los personajes ni protagonistas ni secundarios, todo es contado muy "por el aire". Y yo necesito mucho más. 

Es la primera novela que leo de Cabot y, a no ser que me recomienden mucho muchísimo otra novela suya, no creo que repita. No ha estado mal pero no me ha aportado nada. 

Booket, 2002     /       432Pág.   

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