Julianne Grey
Random
Marzo 2013
384 Pág.
17.90€
Serie: 1º Romances de la luna
1890. Tres damas inglesas deciden tomarse unas largas vacaciones en el extranjero: Mientras que lady Alexandra Morley tiene poderosas razones para cambiar Londres por un lugar más tranquilo y solitario, los motivos que impulsan a su prima Lilibeth a abandonar el hogar familiar, acompañada de su hijo, son aún más imperiosos. Y por último, Abigail, la hermana de lady Alexandra, está a punto de convertirse en solterona y poco le importa ausentarse de la vida mundana.
Por otro lado, el brillante científico Finn Burke, embarcado en un insólito proyecto que necesita perfeccionar durante unos meses, decide visitar a sus amigos el duque de Wallingford y su hermano Roland en su residencia londinense para hacerles una proposición. Consciente de la dudosa reputación de de los dos aristócratas y del lamentable estado de sus finanzas, les sugiere alejarse de las tentaciones de la capital e instalarse durante un año en una campiña remota.
El azar querrá que todos ellos coincidan en el mismo castillo de la Toscana, rodeado de la magia del paisaje italiano. Y cuando la chispa del amor prenda entre lady Alexandra y Finn, el romántico lugar se convertirá en el escenario de una serie de peripecias escandalosas que darán al traste con los planes de los seis viajeros.
Hace muy poco se publicaba la primera novela de Julianne Grey en España. De entrada la portada me encantó, el argumento prometía mucho y está ambientada en la regencia. ¿Se puede pedir más? Pues si, que sea un poco diferente dentro de un género tan manido. Grey lo consigue, a medias.
Por un lado tenemos a tres mujeres que alquilan un castillo en la Toscana por un año con el fin de alejarse de Londres, cada una de ellas por un motivo diferente.
Por otro tenemos a tres hombres con el mismo fin de olvidarse de sus excesos, relajarse y en el caso de Finn avanzar en un proyecto.
Lo que no saben es que todos deberán convivir ya que se les ha alquilado el mismo castillo por el mismo periodo de tiempo.
La autora nos presenta de golpe a los que serán los protagonista de toda la serie, y eso en un primer momento me confundió un poco ya que no me situaba con cada personaje.
En esta primera novela nos tocará conocer más profundamente a Finn, un científico al que muchos consideran chiflados, y un llamado nuevo rico.
Por otro lado tendremos a Alexandra, una viuda independiente con serios problemas, causantes de su exilio a la Toscana.
Voy a comenzar con lo que no me ha gustado, o mejor dicho, me ha faltado en la novela. Creo que la autora podría haber dotado de un poco más de fuerza a la historia. Las tres relaciones están claras desde los primeros capítulos, lo que resta bastante emoción. Entre Finn y Alexandra surge la cosa casi inmediatamente, y aunque la autora se saca una apuesta de la manga para poner trabas en su desarrollo no lo consigue.
Por otro lado al comenzar la novela y conocer la historia del castillo me esperaba bastante más interacción de los personajes con el mismo. Pero hay más escenas en el cobertizo donde trabaja Finn en el castillo en si. Una pena.
Y ahora por supuesto lo mejor de la novela. Sin duda la autora sorprende con un estilo fluido y muy fresco. A pesar de las pegas que he puesto se lee del tirón y engancha, sobre todo por unas escenas tiernas y en muchas ocasiones divertidas, aunque debo decir que estás últimas son gracias a dos secundarios de lujo, que por otro lado son los que aportan la originalidad a la historia.
La autora también aporta algunos datos históricos, haciendo del personaje de Finn ese científico inquieto que quiere inventar el primer carruaje sin caballos, aunque la sociedad lo considere un loco.
Como digo Grey consigue innovar a medias. La relación de amor es manida y tópica desde todos los puntos de vista pero el emplazamiento y sobre todo los secundarios hacen que la historia destaque y sea original, aprueba con nota si le sumamos el estilo de la autora que hace de la novela una delicia.
