Jennifer Ahsley
Phoebe
Noviembre 2012
304 Pág.
17.95€
Serie: 3º MacKenzie
Ainsley Douglas es una mujer con un fuerte sentido de la justicia que vive para ayudar a los demás, incluso aunque para ello deba colarse a escondidas en el dormitorio de un notorio libertino como lord Cameron Mackenzie. Pero la suya es una misión muy importante: recuperar unas cartas de amor que pueden poner en entredicho la reputación de la propia reina Victoria…
Según sus amantes, a lord Cameron sólo le interesan los caballos y las mujeres, y en ese orden. Por eso, cuando encuentra a Ainsley en su dormitorio por segunda vez en seis años, decide poner en práctica un intrincando juego para seducirla y culminar, por fin, lo que crepita entre ellos desde que se encontraron por primera vez.
Sin embargo, lo que comienza como un juego, una lujuriosa diversión, puede llegar a hacer saltar en pedazos las reglas del propio Cam… y sanar las cicatrices de su oscuro y sombrío pasado.
Después de conocer la historia de Ian y Mac estaba deseando encontrarme con Cameron aunque lo cierto es que todos los MacKenzie me encantan!
No puedo negar que de esta historia sobre todo deseaba profundizar en la relación de Cam con su hijo Daniel, y es que en las novelas anteriores me ha resultado un poco fría y distante en ocasiones. Se veía de lejos que Daniel añoraba tener un padre más cercano y cariñoso.
En las primeras páginas podemos ver como Ainsley y Cameron ya se conocían de tiempo atrás, exactamente seis años atrás, cuando tuvieron un breve encuentro.
Ahora sus caminos vuelven a cruzarse y la pasión estalla como nunca antes.
La relación entre la pareja protagonista me la esperaba tal y como ha sido. Si algo caracteriza a estos hermanos es su temperamento apasionado y la abrumante tensión sexual que viven con la mujer a la que desean. Así ha sido con Ansley. Una relación llena de deseo y de juegos que hacen subir la temperatura.
De la relación padre-hijo me he quedado bastante satisfecha. A lo largo de estas páginas conoceremos el pasado de Cam con su antigua mujer y de ahí podremos sacar muchísimas conclusiones pero la más importante: que Cam tiene esa actitud dura e indiferente por un dolor que nadie sospecha.
De ahí también su, a veces, tensa relación con su hijo Daniel al que muy pocas veces sabe como tratar.
Una vez más me ha encantado la pluma de Jennifer Ahsley. Ha construido una serie sobre unos hermanos aparentemente guapos y exitosos pero cuando profundizamos en cada uno nos damos cuenta que han tenido un pasado sumamente doloroso y les cuesta abrir el corazón a la verdadera felicidad.
Una de las mejores cosas de esta serie es sin duda que en todas ellas seguimos viendo a los antiguos protagonistas y como van avanzando con sus propias familias. Yo me sigo quedando con Ian.
En definitiva, a las seguidoras de la serie la historia de Cam y Ainsley les enamorará sin remedio y querrán saber mucho más de Hart con ese final que nos deja con la miel en los labios.
Para las que aún no hayan catado a la autora sin duda desde Pasajes se la recomendamos encarecidamente. Tiene todo lo que solemos buscar en la RA: Pasión, ternura, escenas divertidas y hombres torturados emocionalmente.
