3 de octubre de 2012

Siempre hay un mañana de Nora Roberts

Siempre hay un mañana
Nora Roberts
Plaza
Septiembre 2012
384 Pág.
17.50€

Serie: 1º Hotel Boonsboro


La historia de un amor platónico que jamás tuvo oportunidad de convertirse en realidad… hasta este momento. La primera y envolvente novela de la trilogía Montgomery. 





A pesar del bajón en sus últimos libros Nora Roberts sigue siendo una lectura segura. Pero no puedo negar que cuando veo a esta autora ligada a nuevas series, sobre todo trilogía, la desconfianza me asalta. La causa de ella es las tremendas similitudes que hay entre todas sus trilogía o sagas familiaries donde las tres parejas suelen ser calcadas a su trilogía anterior. Ya me pasó con la serie de Las llaves, El círculo, La bahía de Sheaspeake...

Cuando comencé la lectura de Siempre hay un mañana se me vino de inmediato a la cabeza la trilogía de Las llaves, creo que quizás sea a la que más se parezca de momento. Por la vida en el pueblo de las tres parejas, y las profesiones sobre todo de los personajes femeninos.

En esta ocasión nos trasladamos a un pequeño pueblo donde los hermanos Montgomery están restaurando y remodelando el Hotel Boonsboro para convertirlo en el eje central de la comunidad como lo fue mucho tiempo atrás.
Entre el restaurante italiano, la librería y el hotel nacerá la historia de amor entre Clare y Beckett, el menor de los hermanos.

Clare es una mujer que ha tenido que salir sola adelante, tras la muerte de su marido y con tres niños pequeños regresa al pueblo en busca de estabilidad y para reecontrarse con su familia, allí monta su pequeña librería. Cuando se empieza a rehabilitar el hotel comienza a relacionarse más con Beckett y a hacerse más patente la atracción que siempre ha habido entre ellos.

Por su parte Beckett siempre ha estado enamorado de Clare, desde el instituto cuando era una chica sencilla y desenfadada. Aún ahora que es una mujer adulta, seria, llena de responsabilidades y con una carga considerable.

Como siempre suele hacer Roberts la relación entre los protagonistas estará rodeada por la continua participación de personajes secundarios. En este caso con más razón ya que los tres hijos de Clare aportarán muchísima ternura y momentos tiernos y entrañables a la historia.

La remodelación del hotel será parte esencial de la historia. Durante la lectura nos veremos inmersos en datos sobre grifería, mobiliario, ventanales y otros materiales de construcción y decoración. No negaré que en ocasiones esto me saturó un poco.

Quizás lo que más me haya gustado de lo relacionado con el hotel  es la forma curiosa en la que la autora le da un nombre a cada habitación de películas y personajes famosos. Incluso una se llama ¡Eve y Roarke! Magistral! Mataría por ir a una habitación de hotel ambientada en la serie de Roarke y Eve desde luego.

Resumiendo. Pues si, esta primera novela de la nueva serie de Nora Roberts me vuelve a recordar a muchas otras leídas antes. Pero lo que no se puede negar es que pese a ello la autora tiene ese toque que hace que sea imposible dejar de leerlo. Roberts sabe enganchar con sus historias y mucho. 
Entretenida, emocionante y deja la miel en los labios esperando la próxima publicación de El primer y último amor...


 

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