Novela: Quédate a mi lado.
Autora: Noelia Amarillo.
Editorial: Terciopelo.
Fecha de publicación: Julio 2012.
Serie: Sin serie.
Invisible para aquellos que lo rodean, Jared camina sin rumbo por las calles de una gran ciudad, buscando un futuro mejor que el presente en que está inmerso. Su deambular le lleva hasta una pequeña tienda regentada por Dolores y su nieta, Nuria. Allí, la afable anciana le dará la oportunidad de cambiar su presente, aun en contra de los deseos de su desconfiada nieta.
Bajo la desamparada apariencia de Jared, Nuria descubrirá a un hombre valiente que conquistará su corazón, aun sin pretenderlo y que, asustado por la pasión que siente por ella, intentará por todos los medios ocultársela. Al fin y al cabo, no tiene nada que ofrecer, él solo es un “sin techo” más.
Jared, Jared, Jared,
Este nombre evoca el punto más
fuerte y significativo de la novela. Sin Jared no hay historia. Aquí dudo que
haya cabida para una discusión. Él y sólo él, es el eje sobre el que gira y se
sustenta la novela. Él, no por su fuerza como personaje, sus características
físicas de belleza extrema, o su carisma, sino por lo inusual de su situación,
y su trágica vida.
En mis años, que parecen lustros,
como lectora de novela romántica, jamás me había topado con un personaje en la
situación de desamparo de Jared. Un sin techo, vagabundo, mendigo… podemos
llamarlo de mil formas diferentes, que no por ello cambiarían el significado. Una
persona que tuvo la mala suerte de nacer en una familia desestructurada, y que
se vio obligado a vivir en centros de menores hasta su mayoría de edad, momento
en el que fue dejado otra vez en la calle, sólo. Después de estar años trabajando en la
construcción, y que la crisis azotase sin piedad ese sector, se quedó en el
paro, … y, antes de poder pestañear si quiera, se encontró otra vez en la
calle.
La verdad es que nunca pensé
sentirme atraída por un personaje con las característica de Jared: tímido,
nervioso, deprimido, y con un sentimiento de inferioridad tan grande que era
palpable a través de las páginas. Acostumbrada, como estoy, a los hombres
fuertes, duros, y que pueden con todo, que reparten hostias a diestra y
siniestra, y hacen que se les caigan las bragas a las mujeres tan sólo con una
mirada, me sorprendió, no sólo la elección del personaje por parte de Noelia,
sino que me tuviera tan embelesada. Descubrí página a página que este personaje
era mucho más carnal y real que cualquier “protagonista paranormal” de mis novelas,
y sobre todo, de que era un héroe.
Un héroe, una persona que pese a
vivir en la pobreza extrema no se quiebra. Que mira al mundo de frente y con la
cabeza en alto, aunque a veces sienta un vacío tan grande en el estomago que
esté a punto de doblarse por la mitad. Alguien que vive con orgullo y no roba y
mendiga, aunque el frío le hiele la sangre. Eso es un héroe, y no a lo que yo
estoy acostumbrada.
Fallos a la novela no le
encuentro ninguno, y eso es raro. Quizás cambiaría un poco la personalidad de
la protagonista femenina, demasiado bipolar. Un día odiaba y al otro amaba a
Jared, basándose únicamente en dos o tres encuentros.
Esto no es forma de hacer una
crítica. Es más, he escrito un monólogo sobre Jared más que una opinión en
conjunto de la historia, pero es lo que el cuerpo me pedía.
Una novela corta, pero que pese a
su tamaño muestra la evolución de un hombre, que paso de no tener nada a creer
en sí mismo y lograr que su situación se diese la vuelta. Que narra una
historia de amor entrañable, pero que sobre todo, nos presenta una historia de
superación personal, tan real, que pone los pelos de punta.