31 de enero de 2012

Tópicos en la regencia: Olores




Esta nueva sección que hoy os traemos al blog lleva en “el horno” bastante tiempo.

A pesar de que Bea y yo somos unas enamoradas del género romántico adulto somos conscientes de que las autoras de estas pecan en caer reiteradamente en tópicos y clichés.

No os podemos decir que la sección vaya a ser mensual, ya que dependerá del grado de motivación que tengamos ambas para escribirla, pero de momento hoy os dejamos la primera entrega que hemos dedicado al olor de nuestros protagonistas.

regency_1818En casi todas las novelas históricas, de regencia, el olor suele ser el mismo.
En el caso de nuestras damas olerán a Jazmin, Violetas, miel, canela...e incluso en mas de una ocasión he leído que olian a galletas o pan recién elaborado. 
 
Ahí es nada, ya me gustaría saber como oler a galletas. (Lo que me recuerda que en la última novela paranormal que leí de Kathryn Smith la protagonista utilizaba en la bañera sales con olor a galletas...habrá que investigar sobre ello xD)

Pero es el caso que más me llama la atención el de los hombres. Nuestros duques, condes y marqueses suelen oler a una mezcla de tabaco y brandy la mayoría de las veces. Pero la que se lleva la palma es el almizcle. Creo que no he leído una sola novela de regencia en el que el protagonista no oliera a almizcle.

Y fue un día debatiendo el tema con Bea que esta decidió buscar que demonios es ese olor, atentas:

“El almizcle es un producto animal y se obtiene principalmente a partir de una glándula cercana al ano del ciervo almizclero macho, quien se cree utiliza el olor para atraer a las hembras.”

Y es en situaciones como estas donde prefiero vivir en la ignorancia. ¿En qué cabeza cabe que un hombre huela a una sustancia que segrega un animal en el trasero? Y no solo eso... ¿En qué cabeza cabe que eso pueda ser sensual, excitante o algo remotamente parecido para una mujer?

El artículo detallaba que dicha sustancia la utilizan los ciervos para atraer a las hembras, y en dichas novelas las damas se vuelven un poco atolondradas cerca de los hombres, lo que creo, no nos deja en muy buen lugar.

Después de semejante información mi manera de mirar a los lores en mis libros cambió un poco y es que cuando leo “...y el tiene un ligero olor a almizcle” no puedo evitar arrugar la nariz y pensar “¡¡Que ascazo!!”

Será en la próxima ocasión, para no alagar demasiado esta entrada, donde Bea o yo (mejor ella) os hablaremos del mismo tema pero en época de vikingos, highlanders y guerreros varios.

Esperamos que os haya gustado la sección y si hay un tema en particular que queréis que toquemos, no tenéis más que avisar.

Un saludo!





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