27 de abril de 2011

Enemigos perfectos, Johanna Lindsey.


Título: Enemigos Perfectos (Promised to a rogue)
Autora: Johanna Lindsey.
Editorial: Ediciones B.
Fecha de publicación: Abril 2011.
ISBN: 9788466645942.
Serie: 10º Familia Malory.


Julia Miller ha encontrado después de numerosos años de soltería, perdón quiero decir de compromiso… la solución a sus problemas. Si su prometido lleva nueve años desaparecido, y nadie sabe dónde está, o si está vivo o muerto, ella no tendrá problemas en recuperar su soltería, logrará que el tribunal lo dé por muerto, y así podrá seguir con su vida, y hacer lo que siempre soñó, casarse por amor, y tener una gran familia.

Richard Allen, también conocido como Jean Paul, huyó de Londres siendo un adolescente, para huir del férreo control de su padre, y de un matrimonio concertado, con una “niña” a la que odiaba desde que eran niños. En el Caribe se convirtió en un pirata  que vivía en busca de tesoros, así era feliz. Encontró la pasión en el mar, navegando en compañía de su mejor amiga Gabrielle, la mujer de Dew Anderson.

Para nuestro amigo, volver a Londres, su patria, no era un motivo de alegría, pero esta vez tenía que hacerlo, ya que era la única manera de volver a ver al amor de su vida, Georgina Malory. Lástima que ésta estuviese casada con otro tipo, y que éste fuera como un muro de ladrillos: duro, cruel e infranqueable.



El décimo volumen de la saga Malory, nos trae a una nueva pareja, Julia Miller y Richard Allen, que como podréis comprobar en sus nombres, no son ni Malory, ni Anderson, aunque estén relacionados de una manera muy superficial con ellos. He de reconocer que mi amada Johanna, ha sabido sacarle partido al apellido Malory, que se vende por si sólo, añadiendo a la saga a personajes que nada tienen que ver con la familia, más que una simple amistad, o formar parte de su vecindario…. Pero aún así, esta vez le ha salido bien la jugada, ya que esta novela me ha gustado más, que las de los dos pequeños Anderson.

Aunque la pareja no sea de esta familia, ambos se colaran en el banquete en honor al cumpleaños de Georgina Malory (George), en el que después de mucho tiempo, hará aparición el hosco marido de ella, que odia los eventos sociales, las aglomeraciones y a la nobleza en general, aunque él es un noble, pero que sólo el amor por su esposa, lo impulsará a asistir… ¿Quién es su marido? ¿Es qué no lo sabéis? Por favor… El gran James Malory, alias “Muro de ladrillos”.

Los intereses de nuestros protagonistas serán bastante diferentes, pero los unirán. Él querrá ver otra vez a Georgina e intentar un acercamiento, aunque eso le cueste la vida; y ella, querrá empezar a buscar a un posible marido, para cuando consiga la anulación de su compromiso. Ambos, sin pareja, se unirán para que James no se dé cuenta de las intenciones de Richard, y pueda salir del banquete de una pieza…… lo que ellos no esperaban es sentir un deseo arrollador, el uno por el otro… ¿Desconocidos, o no?


Me ha gustado muchísimo esta historia, es apasionante pese a que desde un principio se sabe cuál es el argumento, quién es el prometido, y cómo va a terminar la cosa, pero aún así es divertidísimo ver como luchan contra una “furiosa pasión”, que los deja siempre ensangrentados y doloridos….. y no penséis en guarradas, que me refiero a todo tipo de peleas, mordidas, arañazos e intimidación.

Las apariciones de la familia Malory, son la chispa y los momentos más divertidos de toda la historia. James que odia a Richard desde que puso los ojos en su mujer, lo tendrá entre ceja y ceja, y aún así no dudará en intervenir en todos los asuntos de éste, y para mí será un placer poderlo ver desplegar todo ese poderío, sarcasmo y agresividad que lo caracteriza y que me enamoró hace varios años. Gabrielle y Dew, también estarán muy presentes en la trama, y Jeremy tendrá una aparición muy especial, pero reconozco que eché de menos a Anthony, al que sólo se le vio su precioso pelo negro en una pequeña escena.
 
Me he vuelto a reír con mi familia favorita y tal y como Johanna Lindsey sigue sin cortarse la coleta, pienso que aún nos quedan Malory para rato, y es un verdadero placer.



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