Jesús me quiere, David Safier.

Título: Jesús me quiere.
Autor: David Safier.
Editorial: Seix Barral-Planeta.
Fecha publicación: Octubre 2010.
Páginas: 296.
Importe: 16,00€.

Hoy les traigo la reseña de una “Novela Off-topic”. Muchos os preguntaréis, ¿De qué habla esta mujer?, pues de que la historia que vamos a reseñar no es “Romántica Adulta”, ni tan siquiera “Romántica juvenil”, es simplemente una obra que me ha encantado y a la que no me he podido resistir.

Antes de empezar, me gustaría agradecer a Bookworm, de Bitácora de mis lecturas, el haber organizado esta lectura conjunta entre diferentes blogs, y haberme dado la oportunidad de esta manera de conocer a un autor que no me llamaba para nada la atención, y que me ha hecho disfrutar como una enana, y reírme a carcajadas.

  Ahora sí, puedo empezar con la reseña.

La mayoría de los lectores de David Safier lo conocieron por Maldito Karma, su novela más aclamada, pero cuya fama compensa con sus numerosos detractores, por lo que he estado viendo últimamente, en reseñas u otros blogs. Yo no lo conocía, así que no tenía ninguna idea preconcebida en cuanto a su forma escribir, así que sus tramas e historias fueron toda una sorpresa para mí.

El autor nos presentará a una protagonista femenina completamente descabellada y con una agitada mente, que solo hace meterla en problemas. Marie es una joven treintañera que ha pasado por varias relaciones amorosas difíciles, no está contenta con su cuerpo, y a la que el divorcio de sus padres, cuando era una niña, marcó profundamente. En la actualidad se encuentra planeando su boda, y se da cuenta de que no quiere tener hijos, mucho menos casarse con su novio, aunque éste parezca el hombre perfecto. Así que cuando el cura preguntó la famosa frase “¿Quieres recibir a Sven Harder como esposo…….?”, tomó la decisión más importante de su vida, y contestó que “NO”.

A partir de ese momento, toda su vida se desmoronará, hasta que un carpintero llamado Joshua, entre en su vida. Un joven que no es otro que el hijo de Dios, Jesús.

Si tuviese que quedarme con un detalle de la novela sería con el humor. Cada personaje es complejo, lleno de matices que los hacen parecer absurdos y cómicos, aunque no lo sean en realidad, siendo Marie, la que se lleva la palma, por así decirlo. 

Quizás no todo el mundo sea sensible a estos chistes, y sarcasmo, pero yo he tenido que taparme con la mano la boca, para refrenar mis carcajadas en público. Ver al hijo de Dios pronunciando las palabras “Cullote o tanga”; observar al demonio reencarnado en la figura de “George Clooney”, o a Dios transformándose de zarza ardiente, en la dulce “Emma Thompson”, no tiene precio.

Otro de los detalles más destacables de esta lectura son las viñetas de Kate. Unos dibujos que van adornando la historia y dándole color, dónde vemos las reacciones de las dos hermanas antes los acontecimientos que les van sucediendo, caracterizadas como niñas pequeñas, dónde al principio veremos a una Kate muy sensata, y a Marie que se revela ante lo injusta que es su vida.

La historia no es frívola, ni todo risas y fiestas. Hay personas enfermas de cáncer, amores no correspondidos, relaciones imposibles, y otros contratiempos,  dónde habrá que tomar decisiones difíciles y acatarlas, pero todo esto pasará bajo el manto del humor y será más llevadero.

La lectura me pareció rápida, amena y muy divertida, y la disfrute como una enana. Pero podréis apreciar que no se llevó las cinco plumas, lo explicaré.

Esta vez la lectura no me la ha fastidiado ni la historia, ni el autor, sino La Editorial. Ya en un primer momento cuando compré la novela, me pareció que su formato era bastante cutre, para los dieciséis euros que salía. Una novela a caballo entre el formato trade y el de bolsillo, con la tapa blanda, y cuyos bordes se quedaban marcados, sólo con mirarlos. Pero eso no es todo. Cuál no fue mi sorpresa, al avanzar ávidamente por las páginas, y cuando más enganchada estaba, encontrarme con que a la novela le faltaban dieciséis páginas. Sí, como lo oís, DIECISÉIS PÁGINAS EN BLANCO, por supuesto en la parte más interesante.

Entiendo que puedan existir errores en la imprenta, todos somos humanos, pero que se te escapen dos páginas lo veo normal, pero doce me parece un exceso, y aún les guardo rencor.

Un beso.

Bea.