14 de diciembre de 2010

La propiedad de Claudia Dain


Título: La propiedad
Autora: Claudia Dain
Editorial: Terciopelo
Fecha de publicación: Noviembre 2010
Nº de páginas: 313
PVP: 17€

Argumento:

Inglaterra
Invierno, 1155

Sir William es un guerrero duro y despiadado en la lucha, siempre ha sido leal al rey Henry II y lo que más anhela en la vida es tener una propiedad a su nombre. Con sus campos para cultivas sus guerreros a los que entrenar y su casa.
Ahora el Rey ha decido premiar esa lealtad otorgándole Greneford. Esta es una propiedad que lleva seis años sin hombre al frente. En ella solo viven Lady Cathryn, dueña, y algunos de los sirvientes que le quedan.
Tras muchas luchas las tierras no son más que un reflejo de lo que eran, tierras arrasadas y la casa en un estado pésimo, pero nada de esto importa mientras sea suyo.

El único requisito para que todo pase a su nombre es que se case con Cathryn.

William ha jurado tomar posesión de Greneford y todo lo que ello habita, incluso el corazón de su mujer.

Valoración:

La propiedad” es sin duda una de las novelas que más esperaba leer de las últimas novedades publicadas.
El argumento y la portada me llamaban poderosamente la atención. Prometía (o eso pensé yo) una historia plagada de conquistas y mezcla de sentimientos. Pero no he conseguido nada de eso.

Comencemos por los protagonistas:

Lady Cathryn: es una mujer luchadora y decidida. Hace más de seis años que vive y maneja como puede Greneford en un mundo dominado por hombres donde la mujer es poco más que un estorbo. Sabe que debe acceder a la petición del Rey y aceptar que entre un hombre no solos a llevar con mano dura la propiedad sino a ella misma, a no ser que quieran morir todos de hambre.

Sir William: Con este personaje me he llevado el batacazo. Es de sobra conocido que aquí mi compañera Bea y yo en lo que a romántica se refiere preferimos a hombres duros que cuando se enamoren se conviertan en corderitos (solo con sus mujeres) y en este caso tenemos a un corderito desde el principio.
La autora intenta hacernos ver que William es un hombre duro, cruel y sanguinario, al que todos conocen como Niebla por su poder para matar. Sin embargo desde el primer momento nos podemos dar cuenta que William no es nada de eso. Es un buenazo, que se habrá dejado al guerrero en el campo de batalla porque en la novela no aparece, salvo contadas ocasiones que levanta la voz y frunce el ceño para que no se diga que no es un guerrero.

La historia se centra totalmente en la relación de amor, tenemos que olvidarnos de esas luchas entre guerreros de la época pues la acción no sobrepasa los muros derruidos de el castillo de Greneford.

Otro punto negativo es que a la autora se le huele de lejos que es muy católica. Lo digo porque hay un cura que sale capitulo si y capitulo también dando la palabra de Dios. Los diálogos entre los protagonistas están plagados de la palabra y enseñanzas de Dios. Estilo:
  • Tu eres carne de mi carne porque así lo ha querido Dios.
La frase me puede parecer bien o mal pero que la uses para llevarte a tu mujer a la cama....(Sin comentarios).

La parte buena, porque la tiene aunque parezca lo contrario. Es que es una novela diferente gracias a la narración de Claudia Dain que no cae en tópicos románticos. Por otro lado la historia engancha y mucho. 
 
La única pega es sin duda por mi gusto personal, esperaba otra cosa. Si se publican más libros de la autora en España los leere sin duda, porque lo que es el planteamento de Claudia Dain me gusta.
La recomiendo, creo que puede gustar  mucho  más que a mí.

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